Cómo limpiar por primera vez los azulejos en 5 pasos

Planificar y limpiar por fases hacen que la primera limpieza de nuestras baldosas cerámicas sea todo un éxito

Cuando por fin terminan los trabajos de construcción de reforma en nuestro hogar o en nuestro negocio, llega uno de los mayores dolores de cabeza: limpiarlo todo por primera vez. Aunque son muchas las personas que optan por una empresa especializada, llevar a cabo la primera limpieza de los azulejos es fácil siguiendo estos cinco pasos.

 

1. Prepara la limpieza. Debes tener clara la superficie que vas a limpiar y en qué estado está después de la obra. Poner a punto un baño pequeño y una cocina recientemente reformados siempre será más sencillo que empezar con la limpieza de una casa recién construida. Es también el momento perfecto para ver en qué estado ha quedado y planificar lo que necesitas: si hay restos de obra, si hay restos de lechada, si hay mucho polvo…

 

2. Prepara el material. Lo más posible es que no necesites productos específicos ni gran equipamiento para llevar a cabo la limpieza inicial, pero es importante que tengas en cuenta esa observación inicial para preparar el material, ya que puedes necesitar rasquetas para eliminar restos de obra, guantes o productos específicos para eliminar los restos de cemento. Por lo demás, prepara muchos paños, agua limpia, jabón neutro y tus productos habituales de limpieza.

 

3. Empieza eliminando el polvo. Si no quitas correctamente el polvo, en lugar de limpiar los azulejos estaremos esparciendo la suciedad por todas las superficies. Puedes hacerlo con una aspiradora potente o con paños húmedos que vayas renovando constantemente. Según el estado de la obra, es posible que necesites quitar el polvo un par de veces antes de eliminarlo por completo.

 

4. Limpieza con jabón neutro. Si ya tenemos nuestro espacio libre de polvo y no está especialmente sucio, es el momento de limpiar con un jabón neutro de uso habitual. Deberemos eliminar los restos de jabón con un paño humedecido y abundante agua limpia para que el resultado sea perfecto. Opcionalmente, podemos utilizar un tercer paño para secar la superficie y evitar que queden marcas del secado.

 

5. Los restos de lechada. Si han quedado restos del material que se utiliza para rejuntar los azulejos, es el momento de eliminarlos con un producto específico para limpiar el cemento. Según el grosor, es posible que tengas que utilizar una rasqueta o un paño algo más robusto para eliminar todos los restos de cemento.

 

Y, con estos pasos, el pavimento o el revestimiento cerámico estaría ya preparado para su uso y su mantenimiento convencionales. A partir de ese momento, ya puedes limpiarlo con los productos de limpieza habituales en tu hogar o en tu negocio.

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