Cómo acertar decorando con mármol

 

La cerámica permite llevar esta textura a espacios que antes estaban prohibidos

 

La cerámica tiene la capacidad de adoptar la textura y el aspecto de prácticamente cualquier elemento decorativo natural. Pero la clave no está solo en el realismo que están logrando las empresas fabricantes de baldosas, sino que las prestaciones de la cerámica y sus características técnicas hacen que sea el material ideal para casi cualquier estancia, incluso por delante de los materiales originales.

Un claro ejemplo es la cerámica que reproduce la elegancia del mármol, uno de los materiales favoritos en decoración desde hace miles de años. El mármol es un clásico de la decoración por derecho propio, pero es también un material delicado y mucha gente prefiere no utilizarlo por todo lo que implica su mantenimiento. La cerámica está más que consolidada como alternativa porque nos permite su colocación en lugares que mucha gente no colocaría el mármol, como el pavimento de la cocina.

 

Una de las claves para acertar decorando el mármol es decidir cuál es el color por el que vamos a apostar, desde un clásico crema marfil a diferentes variantes del blanco o del negro. No hay que olvidar que en cerámica podemos ir más allá de los colores de la naturaleza y combinar otros tonos que son mucho más complicados de conseguir como el verde o combinaciones con dorado.

 

Casi al mismo tiempo que definimos cuál va a ser el color de mármol que preferimos para nuestro proyecto tenemos que decidir también si queremos darle un estilo concreto, si apostamos por un interior con un  estilo clásico, si buscamos un espacio luminoso o si queremos llenar de personalidad nuestro proyecto con colores oscuros tanto en el mobiliario como en los pavimentos y revestimientos.

 

Muchos fans del mármol prefieren decantarse por otros materiales para recubrir las superficies y dar toques de decoración con mesas, frentes de cocinas, encimeras o baños. En cambio, cuando el mármol es el protagonista principal de los espacios, debemos utilizar los elementos de decoración para generar contrastes y enriquecer el conjunto.

 

El mármol funciona siempre de maravilla con el metal, tanto en plateado como dorado o en color bronce como garantía de sofisticación y vanguardia. Los metales los podemos encontrar tanto en griferías en el caso de baños o cocinas, con mobiliario o con objetos de decoración.

 

El otro gran elemento que nos permite combinar perfectamente con el mármol son los textiles. Ya no es solo cuestión de color, sino de superposición de texturas. Una alfombra en contraste puede ser el complemento perfecto para un pavimento en tonos claros y un sofá en terciopelo puede poner el acento a un salón que aparentemente era clásico.

 

La clave al utilizar cerámica con aspecto de mármol es calibrar el peso que queremos dar a este material. Si va a ser el protagonista absoluto, deben ser el mobiliario y la decoración los que nos permitan dar esos otros toques de color y de contraste.

 

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